viernes, 26 de diciembre de 2014

El Dolor Del Recuerdo




Érase una vez, un elefante que decidió trasladarse desde África a Europa, para conocer a una humana que realmente deseaba tener un elefante. Pero en el largo viaje con muchas y diferentes escalas, se enteró de que la humana ya no quería un elefante y decidió cambiar sus planes, escribir una carta de desprecio a ese ser caprichoso e irse a vivir a la india.


Al principio, no entendía nada, era un país realmente caótico, muy diferente a la Savanna africana. El idioma era otro punto desastroso, era totalmente diferente a lo que el conocía. Ya que la india era un territorio extenso decidió viajar por él. Después de ver sitios que dejarían a un loro sin habla se quedó a vivir en Varanasi, donde le trataban como a un rey y era total y casi completamente feliz, porque no consiguió cerrar del todo la brecha del abandono de su corazón.

Un día, mientras se daba un baño para hacer frente al calor, en la orilla del río vio a una humana de pelo rizado y tez pálida con una mochila a la espalda, mirándole. Era habitual ver turistas curiosos por allí así que no le presto mucha atención. A la noche mientras cenaba la chica volvió a aparecer. Se acercaba lentamente, mirándole fijamente, con algo en las manos y cara amenazante. El elefante recordando su traumática experiencia con la humana europea, huyo más rápido que el caballo del bueno y se escondió bajo un sauce llorón.  Al de una semana decidió que era una tontería estar en un ataque de pánico permanente, por  un ser al que podía dar una patada y lanzarla hasta Japón. Así pues salio de su refugio y fue a dar un paseo y en una de las estrechas calles se la encontró relajada tomándose un té. Respiró hondo y armándose de valor irracional fue a enfrentarse a ella.

La chica de pelo rizado, resulto ser muy simpática y procesaba un cariño especial por los elefantes. Estuvieron mucho rato hablando y le contó que era amiga de la horrible humana que decidió abandonarle y el profundo disgusto que se llevo ella al saberlo. Los dos se hicieron muy amigo y estuvieron varias semanas juntos. Al despedirse se prometieron volver a verse algún día, que se escribirían y hablarían por Skype.

Y así fue, como aquel elefante consiguió cerrar una vieja herida.

2 comentarios:

  1. ¿No pretenderás que nos olvidemos de tu crueldad por escribir una historia sobre el pobre elefante)

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  2. No, la verdad esq no tenía nada q ponerle a YO MISMA para contestar su mail y se me ocurrió rellenarlo con una historia, ya sabes x si se lo encuentra. Y luego decidí ahorrar trabajo y publicarlo.

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